Tepic, Nayarit, 04 de Julio del 2016
En ocasiones las sociedades se mueven por pequeños descubrimientos que no pasan por la ciencia, pero que de hacerlo, lograrían grandes beneficios y desarrollo: Lourdes Pacheco
La doctora Lourdes Consuelo Pacheco Ladrón de Guevara es la primera mujer nayarita que fue registrada en el Sistema Nacional de Investigadores (SNI) en 1985; es una de las decanas de la investigación científica y la innovación en Nayarit, además de ser un pilar de la literatura local contemporánea.
La doctora en sociología Lourdes Pacheco, miembro nivel II del SNI, nació en esta ciudad el 1 de marzo de 1954, vivió fuera de Nayarit desde 1976 para poder especializar su carrera profesional que inició en la Escuela de Derecho de la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN), donde desde 1983 es investigadora y docente, significando su regreso permanente el inicio de la investigación científica en el estado.
Cuando regresé de Berlín a la UAN, un año después, en 1984, fundé la coordinación de investigación científica con un proyecto que era la Unidad de la Ciencia donde tratábamos de fomentar la investigación científica en todas las áreas del conocimiento.
Es una de las intelectuales más reconocidas en la entidad y en el país, por sus aportaciones científicas en materias como género, sociología, política, entre otras; además de que ha sobresalido en la literatura, por su producción narrativa y poética.
Estudió su licenciatura en derecho en la UAN (1971-1976), en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) hizo la maestría en ciencia política (1976-1978), en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) realizó el doctorado en ciencias sociales (1979-1980) y una estancia de posgrado en la Universidad Humboldt de Berlín (1981-1982).
“Cuando estudié derecho me parecía injusto que a un campesino lo metieran en la cárcel; si me atenía a la ley, pues sí era culpable, pero si yo veía al campesino, su forma de vida, la ley no me alcanzaba a explicar por qué ese campesino había hecho lo que había hecho para entrar a la cárcel, y entonces traté de buscar otras explicaciones, en la sociología, la ciencia política, para entender el comportamiento de los seres humanos”, reflexionó.
Estrategias para sobrevivir como mujer en la ciencia
La socióloga reveló que el inicio de su vida como científica en el estado fue difícil, sobre todo para emprender los primeros estudios de género, a los cuales debía cambiarles el nombre y hacerlos parecer temas de interés general.
“Lo que hacía era que le cambiaba el nombre a los proyectos de investigación, por ejemplo: Los jornaleros agrícolas del tabaco y ahí aprovechaba para estudiar qué pasaba con las mujeres; o en los procesos electorales estudiaba cómo votaban las mujeres, siempre trabajé los temas que quise pero bajo este subterfugio, haciendo estrategias para poder sobrevivir”.
“Todo lo que parece una desventaja, conviértelo en ventaja, de esa manera no te derrotas y no permites que los demás te derroten; en 1983 en la Escuela de Economía me dijeron que la economía solo trabajaba temas serios y que eso de las mujeres y el género no era nada serio, entendí entonces que la escuela estaba muy atrasada, porque en la Ciudad de México y Europa se estaban haciendo estudios de género, pero como aquí llega tarde, dije: 'Esto va a tardar veinte años', y efectivamente, se tardaron veinte años”.
Además de las dificultades académicas, la investigadora encontró que por su condición de mujer y madre de familia también era discriminada en la universidad.
“Hubo un rector, que no voy a decir su nombre, que viéndome en los pasillos de la universidad me dijo: 'Cada vez que te veo pienso en tus hijas, que las dejas abandonadas en tu casa', y yo le dije: 'Ahorita me voy a ir a cuidarlas', pero estaba ironizando, porque iba a la universidad porque tenía un doctorado y estaba en el SNI, y sabía que a partir de este sexismo hay que hacer estrategias para seguir adelante”, recalcó.
La literatura como metalenguaje de la ciencia
Lourdes Pacheco utiliza la poesía, el cuento y otros géneros literarios para expresar, dijo, lo que con el lenguaje científico no alcanza a describir, en razón de la sensibilidad humana.
“El lenguaje científico es un lenguaje formal, hasta cierto punto rígido; el lenguaje literario te da mayores posibilidades de expresar lo humano. De ahí entonces que lo que no cabía en mis informes técnicos para el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) o la agencia que me daba financiamiento, lo convertía en una narrativa o en poesía, y de esa manera poder abarcar otros espacios”.
“En ocasiones es más importante la vivencia que la reflexión teórica. La reflexión teórica es muy importante porque se hace dentro de ciertos parámetros, pero más allá de la lógica existe la manera humana de expresarnos y eso lo encontré en la literatura, y me interesa que todo mundo pueda ser capaz de encontrar una voz donde exprese su estar en el mundo, que finalmente eso es la literatura, una manera de estar en el mundo”, apuntó.
En este ámbito, es promotora de actividades como la Cátedra Amado Nervo y el Coloquio de Escritores del Pacífico de la UAN, organizadora de concursos universitarios de literatura e integrante de la Comunidad de Artistas e Intelectuales de Nayarit.
Le he dicho a mis tres hijas que quiero que me entierren con mis libros de poesía y de cuento, los otros no porque ya cumplí con Conacyt con hacerlos, pero los otros son los libros donde uno puede atrapar lo humano, por eso me gusta mucho.
Renovando generaciones de científicos
La doctora considera que es necesario capitalizar los estados mexicanos de intelectuales y profesionistas con la finalidad de prever el desarrollo, y por ello decidió instalarse en Nayarit luego de sus viajes de estudio, además porque su vocación como científica, dijo, siempre fue firme en cuanto a resolver problemas locales.
“Decidí regresar porque de la generación de mis abuelitos, tíos y padres, muchos se fueron a estudiar a la UNAM y no regresaron, con esto, las provincias se van descapitalizando de intelectuales y profesionistas y yo decidí regresarme porque pensé que era mejor empezar a picar piedra en la entidad”.
“Cuando regresas a la entidad no puedes encerrarte en un cubículo y trabajar a partir de libros, lo más importante es saber leer el mundo, y en ese saber leer habría que formular respuestas sobre el entorno y ese entorno es Nayarit, por eso empecé trabajando el cultivo del tabaco, porque Nayarit es un principal productor en México y América Latina. Me he movido en diversas temáticas, pero buscando respuestas a las cuestiones sociales contemporáneas”, declaró.
Sin embargo, consideró que es necesario que los nuevos investigadores salgan del estado y viajen por el mundo para adquirir conocimientos.
El futuro de la ciencia en Nayarit
Pacheco Ladrón de Guevara señaló que es necesario reforzar los centros de transferencia tecnológica en Nayarit ya que, consideró, existen soluciones realizadas a partir de la experiencia y necesidad, que atendidas con la formalidad de la ciencia podrían significar descubrimientos importantes en cuanto a innovación.
“El impulso a la ciencia y tecnología no es una cuestión de fundar centros, eso es ciencia administrada, lo que hay que ver es si la ciencia y tecnología le pueden cambiar la vida a la gente de Nayarit; algo pasa, porque las políticas de ciencia no son capaces de acompañar procesos locales, por ejemplo, quizá exagero cuando te digo que el mejor invento de tecnología aquí en Tepic fue embolsar frijoles de la olla y eso no pasó por la universidad, sino por leer la necesidad del momento y eso que tenemos maestría de alimentos en las escuelas”.
“En ocasiones las sociedades se mueven por pequeños descubrimientos que no pasan por la ciencia, pero que de hacerlo, lograrían grandes beneficios y desarrollo”, finalizó.
Por: Agencia Informativa CONACYT