Tepic, Nayarit, 09 de Julio del 2020
Testimonios COVID-19
Docente UAN. Mujer. 35 años de edad.
El inicio de los síntomas. Comencé con dolor de cabeza todo un día y un leve malestar de cuerpo parecido al resfriado; no tuve gripe ni tos, ni molestia para respirar; sin embargo al tercer día se me empezó a ir el sentido del olfato y del gusto. Fue entonces que decidí comunicarme al Laboratorio LANNIA para que me dieran seguimiento.
El resultado de la prueba para COVID-19 fue positivo. Después de hacer el test en línea y resultar candidata a realizarme la prueba, recibí una llamada para agendarme cita al día siguiente. Me presenté en el CENITT con ayuno de 3 horas y acatando en todo momento los protocolos de prevención e higiene que tienen establecidos en el laboratorio, el cual es atendido de manera muy profesional por compañeros universitarios. La toma de muestra es un poco molesta pero no genera dolor, tardé menos de 10 minutos en todo el proceso de prueba.
Esa misma noche recibí la noticia a través de una llamada por parte de la Psicóloga de que mis resultados fueron positivos.
Asimilar la noticia. Dado que mis síntomas fueron relativamente leves, yo tenía la esperanza de que se tratara de un simple resfriado; sin embargo al recibir el resultado de mis estudios, sentí nerviosismo, sobre todo por la incertidumbre del avance de la enfermedad en mi cuerpo y por los cambios que tenía que implementar en casa para evitar más contagios. Al principio estuve incrédula y a la vez experimenté enojo conmigo misma, porque consideraba que por una irresponsabilidad me había contagiado. Después entendí que no. A partir de ese momento me instalé en un cuarto.
Me sentí acompañada y respaldada. Para el paciente es muy importante sentir el apoyo y empatía de parte de la familia para hacer más llevadero el proceso de aislamiento. La psicóloga y el médico estuvieron en contacto constante conmigo, dándome indicaciones y recomendaciones.
Cambios en la rutina de mi casa. Desde el momento que supe de mi resultado positivo planeamos los protocolos que implementaríamos en casa, pusimos a la mano atomizadores con alcohol y cloro, para desinfectar las superficies, el baño, las agarraderas de las puertas, cuando tocaba algún objeto me ponía guantes de plástico, eliminé el contacto con mi mascota, al estar en espacios comunes como el patio o la sala, lo hacía con el cubrebocas puesto. Al abrir puertas yo debía desinfectar la manija al cerrar para dejar limpia la superficie aun trayendo los guantes. El lavado de manos se convirtió en un ritual en casa.
Duré dos semanas de aislamiento. En el tiempo que estuve aislada en casa, no salía para nada y a pesar de que al cabo de unos días comencé a recuperar el olfato y el gusto y no presentaba ningún otro tipo de síntomas, debía quedarme en casa, porque el virus estaba activo en mi organismo y podía contagiar a los demás. Eso fue lo más difícil de manejar. Fue frustrante sentirme bien y seguir encerrada totalmente. pero Pero con la indicación de no salir aún; sino hasta que se me practicara la segunda prueba
El virus puede estar en cualquier lugar. Me queda claro que el contagio puede suceder en cualquier lugar. Aunque nos cuidemos y cumplamos las recomendaciones de prevención, el COVID-19 es muy contagioso y puede tocarnos cuando menos lo pensemos. Creo que es clave tener buenos hábitos alimenticios, hacer ejercicio diario, dormir bien; eso me ayudó para no tener síntomas graves y lograr sobrellevar el periodo deenfermedad tranquilamente.